jeniifergo escribió:
Lozanator escribió:
precisamente un gato de un particular NO ES UN GATO DE RAZA, puede ser un gato calvo pero un gato SIN pedigree JAMÁS será un gato de raza.
Discrepo de eso, porque si una persona te compra a ti que tienes un criadero dos gatos una hembra y un macho y los junta en su casa, es lo mismo que haces tu la diferencia es que tu lo haces en el criadero y la otra persona en su casa. Que te los venda vacunados o castrados es otra historia.
Hola Jennifer, creo que existe mucha confusión con el término criador, un criador también suele criar en su casa, los gatos viven con nosotros en casa y no en una nave industrial, la diferencia entre un criador y un particular no está en eso, está en el saber hacer las cosas con criterio, la elección de los progenitores ideales para conseguir un objetivo, unos gatos sanos y bellos. Un criador puede tener sólo una pareja de gatos, pero tiene que estar registrado en un club oficial y seguir ciertos requisitos en cuanto a ética y otra cosas importantes si quiere tener a sus gatitos con pedigree y ciertas garantías. Un particular por el contrario, es una persona que puede tener una gata o 500, sin pedigree o con, que se cree que criar es juntar un macho con una hembra, independientemente de si están sanos o no, de si arrastran defectos u enfermedades genéticas, de si son hermanos o familia próxima entre si con lo que acarrearían una debilidad vital y falta de defensas... Tampoco controla si su gata pare un celo si y otro también teniendo camada tras camada hasta agotar y enfermar a la madre. Un criador tiene por reglamentación de su club, unas restricciones para evitar la explotación y el maltrato a los reproductores. Enfín... hay muchos motivos que diferencian las formas de hacer de unos y de otros, también puede ser que un "particular" haga las cosas con buenas intenciones y aunque sin saber le salgan las cosas bien, como también hay criadores que no son como debieran, por eso lo que tiene que hacer una persona que quiere comprar un gato de raza es no precipitarse e informarse bien de todo, y darse cuenta que a veces gastarse un poco o un mucho más merece la pena.